lunes, 3 de noviembre de 2014

Estoicismo

No lloraré mi soledad, porque es fuerte.
Me arrancaré el corazón si es necesario.
De lejos, los miraré si pena aparente;
seré en oscuros mares, mudo corsario.

No, nunca más esperaré pecho abierto,
el alma descubierta al borde de los ojos.
Ahora llevo mi espíritu despierto,
atento a las mentiras de tus despojos.

No he escrito, apenas te he escrito
un pobre poema, unos míseros versos.
No, por ti seré juez demasiado estricto,
escéptico amargo, mañoso ateo.

Nunca más volveré a ser como antaño:
una ingenua ensoñación adolescente;
para ti seré otra, me serás extraño:
otro más que en el olvido se enciende.

No lloraré mi soledad, porque es fuerte.
Antes morir desangrada una y otra vez.

viernes, 1 de agosto de 2014

En el corazón de la Tierra

Estoy cansada.
No marcan muchas primaveras
mi piel joven y mis manos suaves.
Pero me siento eterna.

Me siento vieja como una montaña,
desgastada como los huesos
de algún animal muerto,
agotada como un tronco que cede sus ramas.

Los pensamientos que rondan mi cabeza
llevan estancados la vida de una tortuga.
Los sentimientos van por mi corazón
usados como el sendero de la tierra.

Mis movimientos, pausados y lentos,
imitan aquellos de la luna.
Mis ojos parecen dos viejos pozos
llenos de melancolía.

El día me vive. Yo vivo la noche.
He pasado por aquí tantas veces
como estrellas hay en el cielo.
He dejado una huella indeleble.

La sabiduría me escapa.
Sólo mi pobre alma cuenta el sol.
Sólo mi pobre alma cuenta la luna.
Mi cuerpo solo cuenta números.

Mi respiración pesada
mueve mis molinos.
Mi palabra extraña
mueve mi boca.

Estoy cansada.
Estoy perdida, aquí,
en el corazón de la tierra.
No sé donde encontrarme.

No sé dónde buscarme.
Mi corazón ya no está.
No sé de donde viene mi sangre,
no sé a dónde va.

Algún día tendré que despertar
de este sueño antiguo.
El segundo muere en el segundo.
Yo habré de morir para reencarnar.

Cristales

Nuestro encuentro sonó demasiado.
El silencio, roto como un cristal,
cayó afilado a nuestras manos,
dejando el alma desnuda de sangre.

Nuestro encuentro sonó demasiado.
Tiñó el suave blanco de esmeralda y,
manchada con el color profano,
la luz entera se la tragó el diablo.

Cristal roto y blanco abandonado.
Cada palabra: un golpe de titán
a la fragilidad consumada
de nuestra vieja historia vulnerable.

Ningún dios pensó en escribirnos.
Cristales de mentiras y tragedias
les opacaron el concebirnos;
uno a uno tuvimos que romperlos.

La venganza del dios caerá.
Caeremos bajo su voluntad.
Nuestro encuentro un eco será
en salones de palacios eternos.

No componía nuestro destino.
No era tarea de nuestras bocas
romper aquel divino silencio;
nunca nos fue concedido el derecho.

Desafiamos inmensas verdades.
Algún día pagaremos el precio:
por incontables eternidades
seguiremos a Julieta y Romeo.

Fantasma

¿Cómo me arranco lo que no existe?
Esta herida que tú, implacable, me hiciste.
Un hueco por el que a veces pasa el viento;
y cuando sopla y raspa, mi desnudez siento.

¿Cómo es posible que, cual brazo amputado,
tu fantasma se rehuse a ser olvidado?
Y ocioso me llame en la oscuridad;
y ocioso me prometa con crueldad.

¿Cómo es posible que lo finado despierte?
Si sólo trae consigo mal y muerte.
¿Cómo es posible que se sienta la ausencia?
Cuando no tiene ni cuerpo ni esencia.

Eres tú y tus preguntas. Sin respuesta.
Eres tú y tus palabras, tus pobres apuestas.
La cicatriz que dejaste no abandonará mi lado:
el alma nunca olvida lo que el corazón ha amado.

El día en que tus fantasmas
por fin me abandonen,
será el día en que las sombras fúnebres,
inclementes me devoren.

Intento de sinceridad




 Aquí, en el centro del alma
se me murió el corazón.
Dime, ¿qué quieres tú que haga
cuando perdí la razón?

No sé bien por qué...


No sé bien por qué,
pero quiero cerrar los ojos
y dormir.

No sé bien por qué
pero voy sin antojos,
sin sufrir.

Voy sin nada, sin dinero,
sin odio, sin amor.
Mas nada quiero.

Voy sin nada, mas nada quiero,
ni un consejo sincero,
ni un viaje en velero,
ni un buen peluquero.

No quiero nada profundo,
nada superficial,
nada de este mundo
ni del espacio sideral.

No quiero nada que pueda tener,
y lo que no puedo tampoco.
Nada de lo que se pueda poseer,
ni mucho ni medio ni un poco.

No quiero paz y tranquilidad,
ni deseo absoluta felicidad.
No me interesa mi libertad,
ni la más pura verdad.

No quiero un día lluvioso,
una tranquila tarde de ocio.
No me sirve el cantar de un ave,
ni la caricia más suave.

No busco el calor de un amante,
un viajero errante,
una taza de café
o aquél que tanto amé.

Nada deseo y nada tengo.
A ningún lugar voy
y de ningún lugar vengo.
Nada poseo y nada soy.

Pero quiero cerrar los ojos
y dormir.
Tal vez así quien soy hoy
pueda morir.

Tal vez así sea otra
cuando el sol
vuelva a salir.

No ha muerto

Y de nuevo vengo a perderme
entre palabra y palabra,
entre letra y letra.
Vengo a desarmarme a la poesía,
a ser alma por algún tiempo.
No quiero más cuerpo.
No quiero más mente.
Quiero sentir el sufrimiento de mi espíritu,
hecho pedazos por tu ausencia.
Me faltas.
Yéndote me pegaste un mordisco,
me robaste la parte de mí que yo más amaba:
tú.

Te sigo esperando. No voy a dejar de hacerlo.
A un vacío lápiz le puse tu nombre
y cuando lo tire tiraré tu recuerdo.
Pero no quiero tirarlo.
No quiero que seas eso, un mero recuerdo,
cuando hay sangre en tus venas y vida en tu aliento.
No has muerto todavía. No ha acabado esto.
No me devuelvas mi soledad,
no me devuelvas mi silencio.
Tus ojos fríos todavía tiemblan ante mis ojos negros.
El puente que alguna vez tendimos
no ha cedido al tiempo.
Es sólo este frío, este frío que siento dentro,
el que me mata
y me muero.
Es sólo este vacío, este hoyo, este hueco,
que me indica que cada día
te encuentras más lejos.

Combate contra la nada

La muerte sólo lo que está vivo se lleva;
Carga que el que nunca nació conlleva:
No ser nada pero serlo para siempre.
¿Cuerpo inerte, cuerpo inexistente?
Quién nunca habla nunca miente.

Es la nada, es el vacío...
¿Ser o no ser? Concepto impío.
Abandonar en el abismo a la humanidad;
Dejar atrás el sueño de eternidad.

Dejar atrás el humano aliento.
Ser agua, ser tierra, ser viento.
Ser palabra y ser poesía;
Ser nota y ser sinfonía.

Olvidar toda definición:
Cárcel implacable, injusta prisión.
Condenar también toda lógica,
Al diablo la historia cronológica.

Entender el alma,
Que es y no pregunta,
Encontrar la calma
De la idea presunta.

Ser. Esa es la cuestión.

Fusión

Entendí hoy porqué el sol
sigue implacable a la luna,
y no para ni se cansa ni se abruma
ni en un día ni en un millón.

Entendí hoy porqué se casan
los adultos, y se prometen tantas cosas,
se dicen palabras hermosas,
y de ello nunca se cansan.

Entendí hoy a los hombres profundos,
poetas brillando o desgraciados,
por los juegos del amor desbordados
y sus versos de sentimientos rotundos.

Ya no me sorprenden ni el invierno
ni el verano, con sus hojas que mueren,
con sus flores que nacen.
Tampoco el cielo y el infierno.

Son tus grandes ojos eternos
más infinitos que el universo,
y ni el vacío más perverso
se resiste a absolverlos.

Choco con tu mirada y me revela
todos los secretos del hombre, guardados
en el abismo de los días pasados.
Ella acompaña mis noches en vela.

Me leo en tu alma y me encuentro
entera, perdida entre los ríos
de tu espíritu. Ya no sé qué es mío,
ya no sé quién soy ni quién llevo dentro.

¿Me segurías queriendo?

Si me despojo de toda máscara,
Si por ti dejo caer la cáscara,
Si me desnudo el alma todos los días...
¿Qué harías?

Si te miento mil veces por hora,
Si te escondo la verdad abrumadora,
Si te traiciono cuando tu confías...
¿Qué harías?

¿Qué harías, dime, si te lo cuento todo?
¿Y si, en cambio, mancho la verdad con lodo?
¿Confiarías en mí si te mintiese?
¿Creerías en mí si todo te lo dijiese?

¿Me serías, tu también, sincero?
Si te confieso que todo hice por el lugar primero
Artimañas y trampas para ganar la carrera
En el camino de la vida traicionera.

¿Y si le mentimos a los demás?
Les dejamos a ellos el fardo indeseado
De tenerlo todo planeado.
Y para nosotros, basta el alma y nada más.

Almas con descuento

 Se venden por las calles sonrisas blanquecinas,
Cuerpos macizos y esbeltos como de dios griego,
Y es Afrodita quien te mira desde el cielo,
Los ojos apagados y la mirada cansina.

En las casas es un personaje engominado
Aquel que se pasea a través de la pantalla.
Con palabras vacías entretiene sin falla;
De nuevo ríe el público ante su chiste usado.

Niños que lloran, tiritando abandonados;
Vida de calle, a veces llueve y hace frío.
Aquellos niños que siento en el corazón mío,
Sepan, son nuestros hijos hace tiempo olvidados.

Corre contra el viento un deportivo emocionado,
Como una gacela, rápido, ligero y ágil.
Mas es también débil, pesado y frágil
Cuando yace en el siguiente poste, destrozado

Tantos hombres, esclavos, aman su propia prisión:
Entran con tiempo, salen con plata.
No notan el goteo del líquido escarlata;
Sirven eternamente cegados con convicción.

Llorando está el joven, del mundo decepcionado.
Se esconde en un paraíso inventado;
Bebe y fuma hasta caer desmayado
Y lentamente mata al poeta encerrado.

Ya no hay quien sienta el hueco en la humanidad:
Están todos ciegos, sordos e hipnotizados;
Por sus incontables vicios fueron controlados.
Así de triste es la suerte de nuestra sociedad.

Insomnio

Mis pensamientos oscuros de noche
me persiguen en silencio
y en un grito apagado
me alcanzan.


Y me devoran.
Y devoran mis sueños.
Y devoran mis días.
Pero no mi noche.


Y mi noche,
que poseo,
que guardo en una lata sin fondo
la pienso.


Pienso mi noche
con la oscuridad en mis ojos,
con el temor de un día
que no tendré.


Y el día que no tendré
llega con insistencia
y me recuerda la noche que pensé,
lo único que tuve.