martes, 28 de abril de 2015

Agobio

por Marne Grahlam
¿Qué pasa si la neurona se vuelve herida? El pensamiento desilachado te enreda y por la pierna te empuja al suelo. Es llaga, es sangre que corre a través de la piel recién hecha y los ojos giran en torno de su eje, y está la oreja arriba abajo el tímpano ya nada sabe sólo líquido es sólo líquido. Se pegan las pestañas, se abrazan las pestallas y los párpados son la noche lo oscuro de la noche que llama entre mesas y salas y puertas, las manos sobre la mandíbula, la noche, el viento helado el silencio la libertad. Dime qué pasa, qué pasa cuando en los sueños se revuelven los cuerpos y es el futuro una espada encima tuyo, la lámina que devuelve los rayos de sol agresivos pero la noche, la noche, la noche. Que alguien se haga cargo del daño que le hicimos a la noche.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Estoicismo

No lloraré mi soledad, porque es fuerte.
Me arrancaré el corazón si es necesario.
De lejos, los miraré si pena aparente;
seré en oscuros mares, mudo corsario.

No, nunca más esperaré pecho abierto,
el alma descubierta al borde de los ojos.
Ahora llevo mi espíritu despierto,
atento a las mentiras de tus despojos.

No he escrito, apenas te he escrito
un pobre poema, unos míseros versos.
No, por ti seré juez demasiado estricto,
escéptico amargo, mañoso ateo.

Nunca más volveré a ser como antaño:
una ingenua ensoñación adolescente;
para ti seré otra, me serás extraño:
otro más que en el olvido se enciende.

No lloraré mi soledad, porque es fuerte.
Antes morir desangrada una y otra vez.

viernes, 1 de agosto de 2014

En el corazón de la Tierra

Estoy cansada.
No marcan muchas primaveras
mi piel joven y mis manos suaves.
Pero me siento eterna.

Me siento vieja como una montaña,
desgastada como los huesos
de algún animal muerto,
agotada como un tronco que cede sus ramas.

Los pensamientos que rondan mi cabeza
llevan estancados la vida de una tortuga.
Los sentimientos van por mi corazón
usados como el sendero de la tierra.

Mis movimientos, pausados y lentos,
imitan aquellos de la luna.
Mis ojos parecen dos viejos pozos
llenos de melancolía.

El día me vive. Yo vivo la noche.
He pasado por aquí tantas veces
como estrellas hay en el cielo.
He dejado una huella indeleble.

La sabiduría me escapa.
Sólo mi pobre alma cuenta el sol.
Sólo mi pobre alma cuenta la luna.
Mi cuerpo solo cuenta números.

Mi respiración pesada
mueve mis molinos.
Mi palabra extraña
mueve mi boca.

Estoy cansada.
Estoy perdida, aquí,
en el corazón de la tierra.
No sé donde encontrarme.

No sé dónde buscarme.
Mi corazón ya no está.
No sé de donde viene mi sangre,
no sé a dónde va.

Algún día tendré que despertar
de este sueño antiguo.
El segundo muere en el segundo.
Yo habré de morir para reencarnar.

Cristales

Nuestro encuentro sonó demasiado.
El silencio, roto como un cristal,
cayó afilado a nuestras manos,
dejando el alma desnuda de sangre.

Nuestro encuentro sonó demasiado.
Tiñó el suave blanco de esmeralda y,
manchada con el color profano,
la luz entera se la tragó el diablo.

Cristal roto y blanco abandonado.
Cada palabra: un golpe de titán
a la fragilidad consumada
de nuestra vieja historia vulnerable.

Ningún dios pensó en escribirnos.
Cristales de mentiras y tragedias
les opacaron el concebirnos;
uno a uno tuvimos que romperlos.

La venganza del dios caerá.
Caeremos bajo su voluntad.
Nuestro encuentro un eco será
en salones de palacios eternos.

No componía nuestro destino.
No era tarea de nuestras bocas
romper aquel divino silencio;
nunca nos fue concedido el derecho.

Desafiamos inmensas verdades.
Algún día pagaremos el precio:
por incontables eternidades
seguiremos a Julieta y Romeo.

Fantasma

¿Cómo me arranco lo que no existe?
Esta herida que tú, implacable, me hiciste.
Un hueco por el que a veces pasa el viento;
y cuando sopla y raspa, mi desnudez siento.

¿Cómo es posible que, cual brazo amputado,
tu fantasma se rehuse a ser olvidado?
Y ocioso me llame en la oscuridad;
y ocioso me prometa con crueldad.

¿Cómo es posible que lo finado despierte?
Si sólo trae consigo mal y muerte.
¿Cómo es posible que se sienta la ausencia?
Cuando no tiene ni cuerpo ni esencia.

Eres tú y tus preguntas. Sin respuesta.
Eres tú y tus palabras, tus pobres apuestas.
La cicatriz que dejaste no abandonará mi lado:
el alma nunca olvida lo que el corazón ha amado.

El día en que tus fantasmas
por fin me abandonen,
será el día en que las sombras fúnebres,
inclementes me devoren.

Intento de sinceridad




 Aquí, en el centro del alma
se me murió el corazón.
Dime, ¿qué quieres tú que haga
cuando perdí la razón?

No sé bien por qué...


No sé bien por qué,
pero quiero cerrar los ojos
y dormir.

No sé bien por qué
pero voy sin antojos,
sin sufrir.

Voy sin nada, sin dinero,
sin odio, sin amor.
Mas nada quiero.

Voy sin nada, mas nada quiero,
ni un consejo sincero,
ni un viaje en velero,
ni un buen peluquero.

No quiero nada profundo,
nada superficial,
nada de este mundo
ni del espacio sideral.

No quiero nada que pueda tener,
y lo que no puedo tampoco.
Nada de lo que se pueda poseer,
ni mucho ni medio ni un poco.

No quiero paz y tranquilidad,
ni deseo absoluta felicidad.
No me interesa mi libertad,
ni la más pura verdad.

No quiero un día lluvioso,
una tranquila tarde de ocio.
No me sirve el cantar de un ave,
ni la caricia más suave.

No busco el calor de un amante,
un viajero errante,
una taza de café
o aquél que tanto amé.

Nada deseo y nada tengo.
A ningún lugar voy
y de ningún lugar vengo.
Nada poseo y nada soy.

Pero quiero cerrar los ojos
y dormir.
Tal vez así quien soy hoy
pueda morir.

Tal vez así sea otra
cuando el sol
vuelva a salir.